10 nov 2008

MIS CRISTALES

Todos los que me conocen saben que además de amar profundamente la naturaleza, tengo una atracción especial por las piedras y las gemas.
Estuve pensando que en un blog mío no podían faltar "ellas".
Yo creo que cada cristal mineral tiene su propia y especial función en esta tierra, al igual que cualquier otro ser que comaprte con nosotros esta casa, y su vibración, es tan fuerte y tan sutil que se relacionan con nosotros desde el más hondo silencio y respeto.
Esto hace que muchos creamos en sus propiedades y diferentes usos, a partir de la influencia que ejercen desde el plano físico al espiritual, ayudando tanto en la armonización emocional y mental como para inclusoi llegar a curar dolencias físicas.
Todos estudiamos que los minerales son clasificados como "inorgánicos", sin embargo si pensamos que desde una mirada integarl todos estamos formados por lka misma energía universal, no podemos dejar de considerarlos como parte de esa energía con un enorme poder, puestos al servicio de todos.
Los cristales son humildes, no intrusivos, nos llevan hasta la profundidad de nuestro Ser; sus colores, texturas, transparencias y geometrías nos inducen a descubrirnos, nos guían, nos sugieren.
Trabajar con Cristales es como abrir "nuestra ventana al alma" para recibir y dar lo mejor de nosotros mismos a nosotros y al mundo.
Con los cristales y gemas se puede meditar, llevarlos encima, armonizarnos, limpiar nuestro campo energético, clarificarnos, purificarnos, hacer contacto con nuestra esencia, despertar Conciencia, etc. Depende de nosotros hasta dónde queramos profundizar. Cada piedra posee características y cualidades propias.
Los minerales más frecuentes que componen a las gemas y los cristales son: silicio, oxígeno, hidrógeno, cobre, flúor, manganeso, hierro, carbono, calcio, sodio, estaño, etc.
El oxígeno y el silicio se encuentran en casi el 75% de la superficie terrestre. La naturaleza química de las gemas y cristales, las pone en un estrecho contacto con el hombre; en el cuerpo humano también encontramos estructuras cristalinas: esto hace que entre los cristales y el cuerpo se establezca una resonancia. El campo electromagnético de los cristales influencia también el entorno de una manera sutil.
Siempre que llegue un cristal a tu vida, recuerda limpiarlo (ojo! hay diferentes métodos. No todos responden igual al agua con sal), tomarlo en tus manos, mirarlo, percibirlo. Cada uno tiene un aspecto singular y nos regala esa singularidad a quienes estemos dispuestos a descubrirla.
Hace mucho tiempo aprendí que al elegir un cristal, lo hacemos desde una necesidad interna, y que cuando uno se pierde, o nos abandona, es porque ya no necesitamos más su energía. Y yo creo que es así, que nos enseñan a volver a nuestro estado de salud original, equilibrado y armónico.
Los comparto con ustedes. Otro de mis "reflejos" ....

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